Documental que explora el secretismo que rodea al encubrimiento más grande de todos los tiempos, presentando una revisión crítica del fenómeno OVNI mediante el uso de fuentes tanto académicas como esotéricas, discutiendo la hipótesis interdimensional como raíz principal del fenómeno en cuestión, y caracterizando la posible agenda alienígena, las abducciones (secuestros), así como también los problemas asociados a la revelación/desclasificación.
* v2.0 es la versión final del documental, que incluye principalmente correcciones en textos y en el apartado visual.
* Esta es la versión final del documental traducido y subtitulado en español, antes titulado "OVNIs, Extraterrestres y la Posibilidad de Contacto" (de "UFOs, Aliens, and the Question of Contact"), tras una serie de correcciones y mejoras a nivel de traducción e interpretación, ortografía, ajuste de tiempos, y terminología específica. El término reemplazado que más se destaca es el de “extraterrestre” por el de “alienígena”, según corresponde, ajustándose a la tesis expuesta en el documental.
Producción: TimeOf Transition - (Youtube)
Guion, narración y edición de audio: Bernhard Guenther.
Efectos visuales y edición de video: Humberto Braga.
Fecha de lanzamiento de v2.0: 28 de abril de 2013
Duración aprox: 1 hora 50 minutos
Traducción y subtítulos: Epistemofilia Forteana - (Youtube)
El material tratado en este documental es muy valioso puesto que cuestiona la lectura predominante a nivel global acerca de la naturaleza e intencionalidad de los "visitantes", concebidos como simples "extraterrestres que se trasladan en naves espaciales, hechas de tuercas y tornillos, desde un sistema planetario a otro". Esta lectura, además, va de la mano de la condescendencia que, podríamos hipotetizar, afecta a la mayoría de la población mundial, lo cual se ve acentuado, al menos, en los países occidentales. Pese a que las encuestas muestran una tendencia de la población a aceptar la posibilidad de la existencia de vida inteligente no-humana en el Universo, y de su posible presencia en la Tierra, no se reflexiona ni se interioriza verdaderamente acerca de las repercusiones que esto conlleva para diferentes aspectos de la vida moderna, a nivel social e individual. Basta señalar, al menos, la necesidad de replantearse el verdadero sentido y la vigencia de los significados y prácticas asociadas a las religiones dominantes, las necesidades y prioridades humanas, los sistemas económico-político-social, la industria de la entretención, y así sucesivamente. En resumen, buscar reconectarse al menos con la experiencia de vida, lo cual es la esencia principal de la espiritualidad según muchos planteamientos, minimizando así la interferencia con cosas y contenidos espurios, que nos bombardean y distraen día a día por diferentes medios, logrando a la vez una mayor capacidad de control y armonía con aquello que decimos y hacemos [Revisar material relacionado a El Cuarto Camino de Gurdjieff, la filosofía estoica, entre otros].
Siguiendo con los aspectos relacionados a la esfera social que, para Jacques Vallée, pareciera tener casi "vida propia" del fenómeno, es aún más grave que exista cierta tendencia a fantasear el fenómeno OVNI y sus concomitantes con la idea de que estamos hablando de inteligencias que son estrictamente benévolas y, por lo tanto, tienen las mejores intenciones con el ser humano. Ante la posibilidad de que en un futuro no muy lejano acontezca el evento impactante -revelación/contacto público-, que a fin de cuentas es "imposible e inevitable", como lo ha descrito Richard Dolan, es absolutamente fundamental que se contrargumente y revierta la creencia más extendida. En resumidas cuentas, el fenómeno OVNI y sus aristas no pueden ser reducidas a la limitada hipótesis extraterrestre y, con mayor razón, no es responsable asumir ciegamente que la intencionalidad positiva de las inteligencias, que están detrás de este tipo de actividades, sea un hecho generalizable.
No está de más recordar cuán limitadas son estas problemáticas hasta el día de hoy. De partida, existe una fina línea divisoria entre lo que es el fenómeno OVNI estudiado de manera académica y científica, vale decir, con un menor margen de especulación, y aquello que resulta igual o más interesante en la medida en que ofrece vislumbrar las inteligencias que se encontrarían detrás de su manifestación, con la merma de que se ingresa automáticamente en un torbellino de especulaciones poco o nada fructíferas. Ante esto, no deberíamos titubear demasiado; no deberíamos avergonzarnos de extralimitarnos de lo convencional, del materialismo científico y de la reflexión académica, e ingresar al ámbito especulativo, esto si lo hacemos con responsabilidad, rigor, disciplina y juicio. Lo que está puesto en juego es la labor fascinante de desentrañar "un" misterio, envolverse en sus posibilidades, salir transformados de éste, y convertirnos -al menos- en vectores de lo que puede resultar significativo para uno y posiblemente para otros, compartiendo sencillamente por el placer de hacerlo. Por tanto, el desafío, al mismo tiempo, estaría puesto en la divulgación -sin mencionar educación, por un tema de realismo y humildad- y la necesidad de ir creando comunidades compuestas por personas que quieran participar en la constitución de acuerdos concernientes a las temáticas en discusión.
Esta forma de participación e inspiración que intenta superar el individualismo severo, se relaciona con el concepto que se discute en el documental, de buscar alcanzar la objetividad. La problematización del concepto de objetividad da para volúmenes y volúmenes de filosofía, psicología, sociología, neurociencias, y un puñado de otros campos y disciplinas. Desde las ciencias sociales, y posteriormente desde las ciencias naturales, el concepto de objetividad perdió cada vez más fuerza, dada la fragilidad argumental tras la idea de que se puede acceder de manera neutra a "la realidad", al "mundo de las cosas". Pese a esto, el lado más purista de la ciencia que proviene del positivismo, apenas ha flexibilizado su cercanía con el concepto de certeza por el de probabilidad, principalmente desde los modelos matemáticos, mientras que las ciencias sociales -nutriéndose de problemáticas epistemológicas- reconoce con mayor facilidad la imposibilidad de alcanzar un conocimiento objetivo, libre de lo que se denomina "intencionalidad de la conciencia", argumentando que resulta imposible acceder a una realidad última y previa a la cultura, a la historicidad, al lenguaje, -o bien desde las neurociencias- a las limitaciones de nuestra estructura biológica y medio en el que nos desarrollamos.
La objetividad, desde esta perspectiva, no significa necesariamente reconocer "la realidad, tal cual es" -como crítica específica al documental-, sino que más bien implica el logro de una comunidad de personas que concuerda en que un determinado fenómeno posee una serie de principios y características particularmente atribuibles. Ahora bien, el problema de la objetividad no debe usarse como un refugio para la arbitrariedad, vale decir, equiparar hipótesis y lecturas de la realidad de manera indiscriminada, sin justificación y argumentación, y concederles a todas "el mismo peso". No obstante esto, también debemos ser capaces de ser lo suficientemente humildes para reconocer que, entre la infinidad de cosas que no sabemos, dadas las limitaciones propias de nuestro desarrollo como especie y civilización, cabe la posibilidad de que, efectivamente, convivamos con "diversas realidades" a las que eventualmente "podamos acceder", no sólo como posibilidades que ensoñamos o dibujamos mentalmente, sino como "realidades" en sí. En fin, uno podría pasar posiblemente toda la vida analizado dicho problema, sin poder llegar a una conclusión definitiva.
A decir verdad, lo interesante de la reivindicación del concepto de objetividad -en el documental- es su equiparación con el concepto de verdad. Si lo entendemos así pues es absolutamente necesario desarrollar una actitud orientada a desvelar lo oculto, a creer en la posibilidad de que se puede llegar a la verdad en los asuntos humanos, aunque haya interpretación, aunque haya especulación. De partida, esta actitud supone intentar "suspender" el juicio cuando se analiza una temática, esto es, poner atención a las respuestas emocionales de rechazo que automáticamente emergen, dado el "ruido" que genera exponerse a información que va en contra de nuestras convicciones. Aún más, desde una perspectiva esotérica, "que el conocimiento sea opuesto a la información implica que aquello que es conocido, es conocido en contexto y de manera aplicable. El conocimiento implica asimilar la información y hacerla parte de uno mismo" (Esoteric Glossary, s.p, s.f.). Por supuesto, esta es una situación ideal y no necesariamente cierta, pero, tal como lo exponen Richard Dolan y Karla Turner en sus presentaciones, vale la pena esforzarse por perseguir tal ideal; buscar la verdad, pese a que no nos guste su apariencia.
Considerando esto, resulta sumamente interesante lo que señala la fuente críticamente canalizada por Laura Knight-Jadczyk y su equipo -Experimento Casiopea (Cassiopaean Experiment)- en la década de 1990, con el objetivo de alcanzar mecanismos lo más cercanamente posibles a los experimentales en el estudio de los "fenómenos paranormales", y así buscar "la verdad". A saber:
No está de más recordar cuán limitadas son estas problemáticas hasta el día de hoy. De partida, existe una fina línea divisoria entre lo que es el fenómeno OVNI estudiado de manera académica y científica, vale decir, con un menor margen de especulación, y aquello que resulta igual o más interesante en la medida en que ofrece vislumbrar las inteligencias que se encontrarían detrás de su manifestación, con la merma de que se ingresa automáticamente en un torbellino de especulaciones poco o nada fructíferas. Ante esto, no deberíamos titubear demasiado; no deberíamos avergonzarnos de extralimitarnos de lo convencional, del materialismo científico y de la reflexión académica, e ingresar al ámbito especulativo, esto si lo hacemos con responsabilidad, rigor, disciplina y juicio. Lo que está puesto en juego es la labor fascinante de desentrañar "un" misterio, envolverse en sus posibilidades, salir transformados de éste, y convertirnos -al menos- en vectores de lo que puede resultar significativo para uno y posiblemente para otros, compartiendo sencillamente por el placer de hacerlo. Por tanto, el desafío, al mismo tiempo, estaría puesto en la divulgación -sin mencionar educación, por un tema de realismo y humildad- y la necesidad de ir creando comunidades compuestas por personas que quieran participar en la constitución de acuerdos concernientes a las temáticas en discusión.
Esta forma de participación e inspiración que intenta superar el individualismo severo, se relaciona con el concepto que se discute en el documental, de buscar alcanzar la objetividad. La problematización del concepto de objetividad da para volúmenes y volúmenes de filosofía, psicología, sociología, neurociencias, y un puñado de otros campos y disciplinas. Desde las ciencias sociales, y posteriormente desde las ciencias naturales, el concepto de objetividad perdió cada vez más fuerza, dada la fragilidad argumental tras la idea de que se puede acceder de manera neutra a "la realidad", al "mundo de las cosas". Pese a esto, el lado más purista de la ciencia que proviene del positivismo, apenas ha flexibilizado su cercanía con el concepto de certeza por el de probabilidad, principalmente desde los modelos matemáticos, mientras que las ciencias sociales -nutriéndose de problemáticas epistemológicas- reconoce con mayor facilidad la imposibilidad de alcanzar un conocimiento objetivo, libre de lo que se denomina "intencionalidad de la conciencia", argumentando que resulta imposible acceder a una realidad última y previa a la cultura, a la historicidad, al lenguaje, -o bien desde las neurociencias- a las limitaciones de nuestra estructura biológica y medio en el que nos desarrollamos.
La objetividad, desde esta perspectiva, no significa necesariamente reconocer "la realidad, tal cual es" -como crítica específica al documental-, sino que más bien implica el logro de una comunidad de personas que concuerda en que un determinado fenómeno posee una serie de principios y características particularmente atribuibles. Ahora bien, el problema de la objetividad no debe usarse como un refugio para la arbitrariedad, vale decir, equiparar hipótesis y lecturas de la realidad de manera indiscriminada, sin justificación y argumentación, y concederles a todas "el mismo peso". No obstante esto, también debemos ser capaces de ser lo suficientemente humildes para reconocer que, entre la infinidad de cosas que no sabemos, dadas las limitaciones propias de nuestro desarrollo como especie y civilización, cabe la posibilidad de que, efectivamente, convivamos con "diversas realidades" a las que eventualmente "podamos acceder", no sólo como posibilidades que ensoñamos o dibujamos mentalmente, sino como "realidades" en sí. En fin, uno podría pasar posiblemente toda la vida analizado dicho problema, sin poder llegar a una conclusión definitiva.
A decir verdad, lo interesante de la reivindicación del concepto de objetividad -en el documental- es su equiparación con el concepto de verdad. Si lo entendemos así pues es absolutamente necesario desarrollar una actitud orientada a desvelar lo oculto, a creer en la posibilidad de que se puede llegar a la verdad en los asuntos humanos, aunque haya interpretación, aunque haya especulación. De partida, esta actitud supone intentar "suspender" el juicio cuando se analiza una temática, esto es, poner atención a las respuestas emocionales de rechazo que automáticamente emergen, dado el "ruido" que genera exponerse a información que va en contra de nuestras convicciones. Aún más, desde una perspectiva esotérica, "que el conocimiento sea opuesto a la información implica que aquello que es conocido, es conocido en contexto y de manera aplicable. El conocimiento implica asimilar la información y hacerla parte de uno mismo" (Esoteric Glossary, s.p, s.f.). Por supuesto, esta es una situación ideal y no necesariamente cierta, pero, tal como lo exponen Richard Dolan y Karla Turner en sus presentaciones, vale la pena esforzarse por perseguir tal ideal; buscar la verdad, pese a que no nos guste su apariencia.
Considerando esto, resulta sumamente interesante lo que señala la fuente críticamente canalizada por Laura Knight-Jadczyk y su equipo -Experimento Casiopea (Cassiopaean Experiment)- en la década de 1990, con el objetivo de alcanzar mecanismos lo más cercanamente posibles a los experimentales en el estudio de los "fenómenos paranormales", y así buscar "la verdad". A saber:
R: El problema no es el amor, sino la interpretación del término “amor”. La personas en la 3ra. densidad tienen la tendencia a confundir el asunto de una manera deplorable. Después de todo, confunden muchas cosas con amor, y la definición más común del término no es la correcta. No es necesariamente un sentimiento que se experimenta y que se tiene la costumbre de interpretar como una emoción, sino más bien, como ya lo hemos señalado anteriormente, la esencia de la luz que es el conocimiento, que es a su vez amor, y este hecho ha sido corrompido cuando se afirma que el amor lleva a la iluminación. El Amor es la Luz que es el Conocimiento. El Amor no tiene sentido cuando se emplean las definiciones comunes tal y como se acostumbra en su medio ambiente particular. Para amar de verdad se debe conocer. Y el conocer implica poseer la luz. Y el poseer la luz es amar. Y el poseer conocimiento es amar (The Cassiopaean Experiment, 2001, s.p.).
Otra fuente críticamente canalizada, esta vez por Don Elkins, James Allen McCarty, y Carla Rueckert en la década de 1980, es Ra, una inteligencia colectiva de una densidad superior, símil -podríamos decir- de los Casiopeos de Knight-Jadczyk. Tras estudiar e interpretar el 'Material de Ra', a partir de su formación en Psicología Occidental y Oriental, Scott Mandelker (2010) complementa ampliamente esta cuestión:
Al final, volvemos a la pregunta, ¿cuánto amas la verdad? ¿Realmente amas la verdad o simplemente eres curioso? ¿La amas lo suficiente como para reconstruir tu entendimiento, para conformar una realidad que no encaje con tus creencias actuales, y no te haga sentir feliz en un 120%? ¿Amas la verdad lo suficiente como para continuar buscando incluso cuando duele, cuando revela aspectos de ti (o de la sociedad humana, o del universo) que son impactantes, complejos e inquietantes, o humillantes, gloriosos e increíbles – o incluso, cuando la verdad va más allá de la misma mente humana? ¿Entonces cuánto amamos la verdad? Yo creo que es una buena pregunta para formularnos.
Estas fuentes canalizadas, -recalcar, de manera crítica- se autodefinen como inteligencias colectivas, cuya naturaleza es propia de una densidad (plano/existencia) superior, apoyando la posibilidad de la hipotesis interdimensional. Sus principales preocupaciones entrañan una idea muy acotada pero increíblemente profunda; que el amor y el conocimiento se encuentran interrelacionados de tal manera que el amor no puede existir sin el conocimiento, y el conocimiento no puede existir sin el amor. Dicho de otro modo, "el conocimiento y el amor están relacionados, en el sentido de ser facetas de un todo: Uno puede amar sólo aquello que conoce, y naturalmente uno busca conocer aquello que ama. De no ser así el 'amor' es un apego interno a la imaginación" (Esoteric Glossary, s.p, s.f.). Por este motivo, la búsqueda del conocimiento no es un fetiche ni una "necesidad superior", restringida a personas educadas que tienen un buen pasar, se trata de la condición que otorga posibilidades infinitas para poder instalar justicia y pertinencia en la condición humana, según sus necesidades reales y según los posibles designios -que logremos descubrir- del Universo y sus misterios.
Referencia bibliográfica:
- Esoteric Glossary. (s.f.). Knowledge. Recuperado de: http://glossary.cassiopaea.com/glossary.php?id=429
- Mandelker, S. (2010). Loving Truth. Recuperado de: http://scottmandelkersblog.blogspot.cl/2010/04/loving-truth.html
- The Cassiopaean Experiment. (2001). Pasajeros Transitorios. Recuperado de: http://es.cassiopaea.org/2011/09/04/pasajeros-transitorios/
Epistemofilia Forteana
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